Los Roques y su azúl caribe
No tenía idea de cuantas tonalidades de azul tenía el mar caribe hasta que conocí al Archipiélago Los Roques. Un sitio que te renueva las energías… El azul te conecta con la paz, te sumerge en la tranquilidad de sus aguas y la brisa te hace volar en el azul infinito de su cielo. ¡Azul, todo es azul!
Esta dependencia federal venezolana, tiene una superficie aproximada de 221.120 hectáreas entre espacios marítimos y terrestres, y es considerado el parque marino más grande de América Latina. Su arrecife coralino es el más grande del Caribe.
Los exóticos nombres de sus cayos (pequeñas islas con una playa de baja profundidad, formada en la superficie de un arrecife de coral), datan de la llegada de habitantes de las cercanas Antillas Holandesas como Aruba y Curazao. La mayoría de sus nombres llevan el sufijo “quí”, es por el término en inglés “key”, que significa cayo. Los más populares son Francisquí, Madrisquí, Krasquí, Selesquí.
Puedes llegar por vía aérea o marítima. Desde el aire quedarás impactado por el paisaje, la visual es asombrosa. El sol brillará más que nunca, sus aguas deslumbrarán ante tus ojos. En cambio, si optas por la vía marítima, deberás prepararte si sufres de ansiedad, la ruta es un vaivén de olas, pero la recompensa será grandiosa. He tenido la fortuna de visitar este paraíso varias veces, lo único que ha perturbado un poco mi tranquilidad, han sido las turbulencias de la avioneta, unas más fuertes que otras. Pero eso solo serán unos pocos minutos.
Llegas directamente al Gran Roque, que es la Capital de las Dependencias Federales venezolanas y del Territorio Insular Francisco de Miranda. Aquí se han establecido todas las posadas, el aeropuerto, la escuela y es hogar de la mayoría de sus pobladores. Sus calles son de arena, sus posadas son unas más hermosas y coloridas que otras. Dependiendo de tu presupuesto, existen posadas para todos los gustos.
Sentirás deseos de bañarte en sus aguas cristalinas y serenas. Los cayos más populares por su cercanía al Gran Roque son los cayos Francisquí. Sus arenas son blancas, suaves y brillan como el sol. El mar se convierte en una piscina natural y se realizan actividades de navegación recreacional en distintos tipos de embarcaciones como kayak, velero, bote de remo y catamarán. El viento es favorable para el windsurf y kitesurfing. También, es ideal para la práctica del buceo y el snorkeling.
Su fauna marina es inmensamente rica. Existen más de 280 especies de peces, 200 especies de crustáceos, 140 especies de moluscos, 61 especies de corales, 60 especies de esponjas y 45 especies de erizos y estrellas de mar. Además abundan los delfines, ballenas, mantarrayas y tortugas.
Pero, sin duda, la actividad más especial que podrás realizar en Los Roques, es sentarte en la arena, escuchar el mar, disfrutar de la brisa, el sol y la hermosa vista… verás las aves revolotear a tu alrededor.
Este paraíso tropical, es punto de encuentro de unas 50 especies de aves migratorias de América del Norte. Entre las aves más frecuentes se encuentran: el pelícano y la gaviota guanaguanare.
Cuando llega la tarde, el sol brillará como nunca lo habías visto, se tornará naranja, lo acompañarán los colores amarillo y rojo. Desde la playa, o desde el famoso faro ubicado en el Gran Roque, quedarás impactado con sus atardeceres.
La vida nocturna, se mueve al son tropical, las posadas ofertan lo mejor de la gastronomía marina, especialmente podrás deleitar tu paladar con la mejor langosta. También podrás disfrutar de cocteles de todo tipo, y además podrás disfrutar de buena música y hasta tendrás la oportunidad de bailar hasta tarde.
Sin duda, visitar Los Roques se convertirá en una experiencia enriquecedora para el alma, cuerpo y mente, te renovaras con el azul de sus aguas y de su cielo. ¡Te sentirás más vivo que nunca!
Venezuela, tiene tanto potencial turístico que te enamorarás de sus paisajes únicos y maravillosos, la calidez de su gente te hará sentir en casa, y tendrás asegurado recuerdos que nunca olvidarás. De eso se trata la vida, de encontrar y descubrir lugares e historias nuevas que permanezcan en nuestra memoria con una gran sonrisa.
Por. Yessica Salazar